La prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga, protagonizó un cruce de declaraciones con la presidenta de la Revolución Ciudadana, Luisa González, tras una serie de publicaciones en la red social X en las que González propuso temas para debatir en la próxima Asamblea Nacional del movimiento; Aguiñaga le respondió que “resistir no es solo tuitear” y defendió la gestión territorial de los gobernantes correístas2.
Hechos recientes
Este 17 de septiembre, Luisa González anunció que la Asamblea Nacional de la Revolución Ciudadana se realizará el 14 y 15 de noviembre y planteó cuatro ejes de discusión, entre ellos el rol de los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) del movimiento frente a la línea política y a presuntas posiciones sobre el “fraude electoral” y la relación con la Asamblea Nacional. En reacción a esas publicaciones, Marcela Aguiñaga cuestionó públicamente a González y afirmó que gobernar y resistir implica trabajo territorial y gestión, no solo mensajes en redes sociales1.
Declaraciones clave
- Marcela Aguiñaga: “Cómo quisiera que vivas lo que significa ganar una seccional, administrar, responder y demostrar que la oposición también se ejerce con hechos. Resistir no es solo tuitear”.
- Luisa González: convocó a debatir la postura del movimiento frente a poderes del Estado y la coherencia en la militancia, planteando evaluar el trabajo de quienes están al frente del movimiento y el rol de los GAD en la militancia territorial.
Contexto interno del movimiento
La discusión ocurre en un momento de tensiones internas en la Revolución Ciudadana, que incluyó la publicación de una carta de varios líderes territoriales que pedían una “renovación profunda” y cuestionaban la conexión del liderazgo con el país; la pugna entre dirigentes y la definición de la línea política son antecedentes que alimentan el intercambio público entre Aguiñaga y González1.
Consecuencias y próximas señales
El cruce refuerza la agenda de debate que la dirigencia central propone llevar a la Asamblea Nacional en noviembre, donde se espera que se aborden las diferencias sobre estrategia política, coherencia y el rol de las autoridades locales. Observadores políticos anticipan que la cita será un termómetro para la cohesión interna del movimiento y para la relación entre la dirección nacional y los referentes territoriales.
Cierre
La tensión entre la dirigencia nacional y los liderazgos territoriales queda abierta y la Asamblea de noviembre aparece como el escenario clave para intentar dirimir las discrepancias y definir una hoja de ruta que conjure la crisis de confianza interna o, por el contrario, la profundice