El Gobierno de Estados Unidos oficializó ayer una tarifa única de USD 100 000 para cada nueva solicitud de visa H-1B presentada a partir del 21 de septiembre de 2025, un alza drástica comparada con el costo administrativo previo de alrededor de USD 1 500. La medida, firmada por el presidente Donald Trump mediante una proclamación ejecutiva, entrará en vigor a las 12:01 a.m. EDT de ese día.
El Ejecutivo justifica la subida como un mecanismo para combatir el uso “excesivo” del programa y proteger los salarios de los trabajadores estadounidenses. Según el secretario de Comercio Howard Lutnick, la nueva cuota disuadirá a las empresas de sustituir personal local por mano de obra extranjera más económica y ayudará a equilibrar el mercado laboral nacional.
La tarifa sólo aplicará a solicitudes presentadas tras la entrada en vigor y excluye renovaciones, peticiones previas y a quienes ya cuentan con una H-1B vigente. Empresas con empleados extranjeros bajo este programa no deberán pagar el nuevo monto para mantener a su personal actual o para peticiones registradas antes del 21 de septiembre.
Gigantes tecnológicos como Amazon, Microsoft, Meta y Google, grandes usuarios del sistema H-1B, han expresado su preocupación por el abrupto incremento de costos. Analistas advierten que la medida podría inducir el traslado de proyectos al extranjero, ralentizar contrataciones y presionar al alza los salarios locales en especialidades de alta demanda.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) prepara guías operativas para implementar la proclamación y ha confirmado que la lotería de 2026 será la primera en regirse por la nueva cuota. Mientras tanto, sindicatos y asociaciones de inmigrantes evalúan recursos legales para impugnar la medida, que redefine el panorama de contratación de talento global en el sector científico y tecnológico.
El programa H-1B, instaurado en 1990 con un cupo anual de 85 000 visas adjudicadas por sorteo, ha sido fundamental para incorporar profesionales extranjeros, especialmente de la India, que representa el 75 % de los beneficiarios. Con esta reforma, Estados Unidos busca priorizar el empleo local y reducir la dependencia de mano de obra foránea en áreas estratégicas de innovación.