El Departamento de Estado de EE. UU. actualizó las condiciones para solicitar y renovar visas de no inmigrante, vigentes desde el martes 2 de septiembre de 2025. Con estas medidas, la mayoría de los aspirantes deberá someterse a una entrevista presencial, eliminando varias de las exenciones que existían hasta ahora.
Principales cambios en el proceso
- Actualización de las categorías elegibles para exención de entrevista: ahora más casos requieren comparecencia ante un funcionario consular.
- Cita presencial obligatoria para solicitantes de todas las edades en la Sección Consular de Quito y Guayaquil.
- Niños de entre 14 y 17 años, así como adultos mayores de 79 años, pierden la exención previa y deben asistir personalmente.
Estos ajustes buscan reforzar los controles de seguridad y homologar el proceso en todos los consulados estadounidenses.
Impacto en solicitantes ecuatorianos
Los solicitantes de visa de no inmigrante en Ecuador deben programar con antelación su entrevista en Quito o Guayaquil, sin importar su edad o la categoría de la visa. Esto implica revisar con tiempo la documentación requerida y considerar posibles retrasos en los tiempos de espera para cita consular.
¿Qué tipos de visa entran en vigor?
Las visas de no inmigrante cubren:
- Turismo y negocios (B1/B2)
- Estudios académicos (F, M)
- Trabajo temporal (H, L, O, P)
- Tratamientos médicos
- Intercambios culturales (J)
- Medios de comunicación y periodistas
Cada categoría mantiene sus requisitos específicos, pero ahora comparten la obligatoriedad de entrevista en persona.
Consejos para solicitantes
- Revisar el sitio oficial de la Embajada de EE. UU. en Ecuador para asegurar cumplimiento de documentos.
- Reservar la cita consular con la máxima anticipación posible.
- Preparar respuestas claras y concisas para la entrevista.
- Mantener actualizado el pasaporte y posibles comprobantes de solvencia económica.
Con una planificación adecuada, los solicitantes minimizarán contratiempos y se ajustarán sin problemas a las nuevas disposiciones.
Los cambios refuerzan el control migratorio y obligan a los usuarios a adaptar sus planes de viaje, dando prioridad a la organización previa y el cumplimiento estricto de los requisitos consulares.