En un encuentro calificado como crucial para la seguridad global, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se reunieron hoy en la base militar conjunta Elmendorf-Richardson en Anchorage, Alaska. La cumbre, que se celebra sin la presencia del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ni de líderes europeos, ha generado una gran expectación y preocupación a nivel internacional, con el futuro de la guerra en Ucrania como tema central.
La reunión, la primera entre ambos líderes en el segundo mandato de Trump, se produce después de meses de comunicación intermitente y una serie de tensiones recientes. Durante la campaña electoral, el presidente estadounidense prometió poner fin al conflicto en 24 horas, y ha presentado este encuentro como un «tanteo» para determinar la verdadera voluntad de paz del Kremlin.
Según fuentes del Kremlin, el formato de la cumbre incluye una reunión a solas entre los dos líderes, seguida de un encuentro más amplio con sus delegaciones. Se espera que las conversaciones se prolonguen durante varias horas y que, al finalizar, se celebre una conferencia de prensa conjunta, aunque este último punto no ha sido confirmado por la Casa Blanca.
Mientras los líderes viajan hacia Alaska, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha insistido en que cualquier acuerdo de paz debe incluir a Ucrania y ha expresado su preocupación por la posibilidad de que la reunión pueda marginar los intereses de su país. Por su parte, la OTAN y varios países europeos han reiterado que la seguridad europea no puede ser decidida sin la participación de Ucrania.
El lugar elegido para la cumbre, una base que fue clave durante la Guerra Fría para monitorear las actividades soviéticas, añade un simbolismo histórico al evento. Los críticos de la reunión señalan que legitima la figura de Putin en el escenario internacional, mientras que los partidarios argumentan que es un paso necesario para buscar una solución diplomática a un conflicto que ha causado un número devastador de víctimas.
Los analistas políticos coinciden en que las negociaciones serán complejas. Putin busca una normalización de las relaciones con Estados Unidos y el reconocimiento de sus anexiones territoriales, mientras que Trump insiste en un cese al fuego inmediato. El resultado de la cumbre, sea cual sea, tendrá profundas implicaciones para la paz en Europa y el orden geopolítico mundial.